¿Quieres a tu perro como si fuera un hijo? La ciencia tiene algo que decirte
Los perros domesticados han acompañado al hombre desde hace decenas de miles de años, según un estudio publicado el año…
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Los cachorros de perro de tan solo ocho semanas se fijan en cómo reaccionan emocionalmente los humanos que los rodean cuando se enfrentan a…
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Cada vez somos más los que decidimos tener un perro y hacerle parte de la familia. No obstante, a pesar de esta creciente demanda, existe un gran desconocimiento sobre las razas caninas. Quiero decir, nos preocupamos por el tamaño y por sus características estéticas, pero reparamos poco en el carácter, atenciones y cuidados especiales que requiere cada raza.
Debashis Chatterjee, pensador, escritor y reconocido orador mundial sobre temas de liderazgo, señala en su libro El Liderazgo Consciente: “El autocontrol es un viaje a un destino que podemos denominar el ser integral. Los seres integrales viven en la vida en unidad consigo mismos y su universo. Hay una armonía y una sincronización única entre sus creencias y sus actos”.
En una reunión en casa, uno de mis amigos puso en el buscador del ordenador la frase: ‘Perros culpables’. A continuación, vimos unos graciosos vídeos sobre las caras que ponen algunos perros cuando sus amos llegan y consiguen un desastre que ellos han hecho.
Mis amigos decían: “Así hace mi perro cuando se orina dentro de la casa” o “Esa es la cara que pone mi perro cuando ha roto un zapato”.
Las graciosas caras de culpa de los canes eran muy convincentes, pero, ¿eran en realidad caras de culpa? Honestamente, ¿pueden nuestros perros sentir remordimiento? ¿Pueden sentirse culpables?
Es normal que cuando nuestro mejor amigo muestra un comportamiento inadecuado nos preguntemos el por qué de ese comportamiento, pero no reparemos en cómo se siente o en cómo pudimos haber influido -como líderes- en el desarrollo del mismo.
Observar al perro como un ser aislado no es una acción efectiva y me permito asegurar que nunca lo fue. Considerar que sus comportamientos están determinados o condicionados por la genética o por su historia previa a llegar a nosotros, es no reconocer que nosotros también jugamos un gran papel como ejemplo en la relación y convivencia con el. En cierta forma, es como enviar un niño o a un adolescente a terapia sin que el profesional considere la influencia de la familia y del entorno del cual es parte.
Según la definición oficial, un líder es la “persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como su jefe u orientadora”. Pero no todos entendemos lo mismo por jefe. Para algunos significa mandar; para otros influir. Otros lo entienden como guiar o, incluso, acompañar. Sin embargo, la palabra clave para
definir a un líder es “seguir”.
Para llegar a ser un buen líder no hay una receta mágica donde estén las claves de un éxito asegurado de por vida. Uno puede ser muy bueno y haber nacido con unas cualidades y habilidades innatas para la dirección de empresas, la motivación de equipos o la enseñanza, pero el líder no sólo tiene que nacer, sino que también tiene que hacerse.
¿Qué es la confianza?
En el diccionario podemos encontrar que es el término que se refiere a la opinión favorable en la que una persona o grupo es capaz de actuar de forma correcta en una determinada situación. La confianza es la seguridad que alguien tiene en otra persona o en algo. Es una cualidad propia de los seres vivos, especialmente los seres humanos, ya que, aunque los animales la posean, estos lo hacen de forma instintiva, al contrario que los humanos, que confían
conscientemente. Al ser algo que se hace consciente y voluntariamente, supone trabajo y esfuerzo conseguirla. A pesar de que sea costoso llegar a ella, se caracteriza por ser una emoción positiva.
Eso es porque existe una contradicción entre su comunicación verbal y su lenguaje corporal.
Otras personas, en cambio, irradian un gran carisma sin ser especialmente habladoras. Su expresión corporal está alineada con su lenguaje verbal y transmiten confianza y calidez.