Como ya os contamos en artículos anteriores, una de las profesiones del futuro está relacionada con el entrenamiento canino, pero para ser un buen entrenador es fundamental conocer el lenguaje de los perros.
Los perros son muy buenos comunicadores y al igual que hacemos nosotros, transmiten sus estados de ánimo y emociones a través de su cuerpo y de su voz, representada a través de los ladridos. Si queremos empezar a comunicarnos con un perro, tenemos que aprender a observarle y abrir la mente.
¿Y qué podemos entender de su comunicación? Sus gruñidos nos indican mucha información sobre su estado de ánimo ya que pueden expresar miedo o enfado. Los aullidos indican soledad y una forma de convocar a la manada, algo que han adquirido de sus antepasados, los lobos. Los quejidos pueden revelar dolor físico o nerviosismo. Cuando un perro enseña los dientes quiere decir algo así como: «estoy muy enfadado. Por tu bien, más vale que te alejes.» Si levanta la pata significa «dame algo» o bien «no te preocupes, haré lo que digas«.
Los gemidos en un animal adulto denotan miedo, malestar o una forma de demandar algo, normalmente atención. En cuanto a los ladridos, cuando son agudos e irregulares, muestran duda. Pero si el perro está relajado, los ladridos transmiten alegría. Si rasca el suelo con la pata sin llegar a escarbar, también quiere llamar la atención porque demanda algo. El lamido es la forma de expresar un profundo amor y amistad. Si un perro te lame, te reconoce como líder de la manada. Si se tumba boca arriba, muestra confianza y busca juegos y caricias.