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¿Qué tan buen amigo eres para tu perro?

¿Qué tan buen amigo eres para tu perro?

Amamos a nuestras mascotas con locura. Pero que ese amor loco no nos enloquezca. Querer bien a nuestros amigos de cuatro patas no es sinónimo de darles únicamente amor sin límites. Para conseguir una convivencia saludable y equilibrada es fundamental trabajar en la comunicación entre ambos y desarrollar un verdadero liderazgo canino.

Ellos necesitan saber quién es el que pone las reglas. Necesitan de un líder en su manada.

Y las cosas se complican cuando no encuentran ese líder. Desde el momento que el perro (cachorro o adulto) llega a la casa, buscará desesperadamente solucionar ese conflicto. Si un miembro de la familia ocupa el lugar de líder -no importa quién-, nuestro amigo canino tendrá resueltos todos sus problemas, pues el que tiene que dar las órdenes y velar por el bienestar del grupo, no es él.

Caso contrario, si no encuentra ese referente en su nuevo entorno, entonces se verá obligado a desempeñar ese rol él mismo, a su manera y cueste lo que cueste. Esto significa que si no has procurado un buen entrenamiento para tu perro, si no le has enseñado lo que está prohibido y lo que está permitido, él mismo decidirá e intentará imponer sus propias reglas en su nueva manada.

En consecuencia, pueden empezar a aparecer algunas alteraciones comportamentales; pueden volverse agresivos con terceros, ansiosos por la separación, miedosos o desconfiados. También pueden emerger malos hábitos como romper cosas, marcar territorio indiscriminadamente, llorar sin cansancio cuando quedan solos o ladrar todo el día.

Y este es el preciso instante en el que te cuestionas qué has hecho mal (o qué no has hecho). Efectivamente, si te pones a pensar, no has hecho más que tratarlo como a un hijo y has compartido con él todo; desde los paseos y los bocadillos, hasta el descanso en el sofá y en la cama…

¿Algo te suena familiar? ¿Te cuesta creer que tanto amor pueda ser malo?

perro

¿Te encantaría poder entenderlo y que te entienda?

Tal vez deberíamos empezar por no cargarles la mochila de la humanización. Todos los que convivimos con perros sabemos cuán irresistibles pueden ser cuando nos muestran su lado más tierno: esa expresión parecida arrepentimiento luego de una trastada, esa desesperación para que le arrojemos la pelota o esa felicidad infinita cuando nos ven llegar a casa. Ahora bien, somos nosotros los que tendemos casi obsesivamente a ”humanizar” esas conductas.

Esto de creer que el perro piensa y siente como un humano es prácticamente inconsciente en nosotros. Sólo tomamos conciencia de ello cuando empezamos a convivir con una cantidad de problemas de conducta -inentendibles e incontrolables para nosotros- y debemos acudir a unentrenador para que nos ayude a modificarlos, a entendernos, a recuperar el equilibrio y a sanar la relación.

Estudios sobre comportamiento animal han confirmado la naturaleza colaborativa y la predisposición de nuestros amados caninos hacia una actividad cognitiva. Ellos tienen un fuerte deseo de comunicarse y colaborar con nosotros, así como de adaptar su comportamiento y lenguaje para tal fin.

Vale decir entonces, que para lograr una relación equilibrada con nuestro perro debemos estar atentos a nuestra actitud, energía, estados emocionales, a cómo pensamos y sentimos, a cómo interpretamos la conducta del perro y a cómo procesamos la información para tomar decisiones a la hora de interactuar con ellos.

Anímate a descubrir el Poder de la Comunicación. Curso de Liderazgo Canino.

Este aprendizaje es ideal si eres un amante de los perros y te gustaría hacer de esa pasión tu profesión, o eres adiestrador y quieres aprender nuevos y efectivos métodos, o eres veterinario, peluquero canino o simplemente quieres optimizar la convivencia con tu mascota.

Entre otras cosas aprenderás a:

  • Interpretar el lenguaje canino, sus señales, sus códigos de comunicación y sus intenciones.
  • Utilizar las cualidades del perro para construir su entrenamiento sana, divertida y respetuosamente.
  • Liderarte a ti para enseñar a liderarse a otras personas junto con sus perros.
  • Influir positivamente en los demas.
  • Gestionar tus emociones, empatía y asertividad.
  • Trabajar en equipo, llevar grupos de socialización, gestionar y armonizar correctamente la energía de un grupo social de perros y de personas.
  • Utilizar métodos de formación que impacten y transformen.
  • Intervenir para solucionar una gran cantidad de conflictos de comportamientos (miedo, estrés, ansiedad, agresividad, etc.).

Respetar a los animales es una obligación, ¡amarlos es un privilegio!

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